viernes, 28 de febrero de 2014

V, 16. Enseñanza de español en guerra (A2)

Un texto disfrazado de contexto: la exitosa broma del contexto histórico. Asunto de redacción más o menos hábil. Pongamos la Guerra de Sucesión española y empecemos a acotar verbalmente, según lo previsto por la teoría lingüística del bonobús. Carlos II va y se muere, costumbre muy extendida entre eso que ahora se llama, con otra broma, raza humana. Los pertenecientes a dicho colectivo, tan dados a la inercia, suelen ocupar como sea el nicho (ecológico y/o de mercado) que haya quedado vacante. En este caso, el trono de España, pues que Carlos II dejó a medias —era su forma de ser— la divina sugerencia de crecer y multiplicarse. Contra lo que es habitual en un rey, este no se desveló por prohijar, ni siquiera en el modo bastardo. Tal ausencia de acto o, por seguir en términos aristotélicos, impotencia, activó el automatismo de los pretendientes. Dado que la monarquía requiere —de ahí su nombre— uno solo, la concurrencia en el (con)texto que nos ocupa de dos aspirantes, uno francés (Felipe V) y otro alemán (Carlos III), habilitó la opción por estas que me las pagas. El resultado: la Guerra de Sucesión española.

sábado, 15 de febrero de 2014

VI, 23. Tarea pendiente

Cargado de razón poética («Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol»), lo sentenció Huidobro en su manifiesto creacionista: «Un poeta debe decir aquellas cosas que nunca se dirían sin él». Interesante resultaría explorar lo que de estética marxista hay en la base del creacionismo. Esta mi manía de provocar.

sábado, 1 de febrero de 2014

XI, 1. Desecho de tienta (o revista de Prensa)

La semana en que se han crujido a Pedro Jota, que es que no puede uno mantener eternamente el hobby de coleccionar enemigos, ha hecho más evidente aún la crisis del mundo, del país, de la razón, de la vanguardia. Esos conceptillos con que hemos ido bautizando papeles y capeando los toros bravíos de la realidad inventada por nuestras abuelas en el siglo XIX. La cosa no da para más, a pesar del espejismo de la calle. Como el resto de la vida que nos aguarda, los periódicos serán virtuales o no serán.