domingo, 19 de febrero de 2012

VI, 3. América, invención libresca

El ámbito mágico de la Nueva España fue nombrado —primera vez— por unos españoles que, ávidos lectores de los libros de caballerías, como múltiples quijotes avant la lettre, buscaban en el Nuevo Mundo la fuente de la inmortalidad y la eterna juventud. Sabían que existía porque así lo habían leído.

sábado, 18 de febrero de 2012

VI, 2. La naturaleza imita al arte


Hace un siglo —parecen dos—, la enésima vanguardia, formada esa vez por cubistas, creacionistas y otras especies, defendió que el poema no imita la realidad: la crea. Un somero examen dictaminará que tal postulado carece tanto de lirismo como el de los aristotélicos. Busquemos entonces una afirmación poética (en griego, ‘creadora’) sobre las relaciones entre realidad y arte, entre vida y verbo, en el adagio de Oscar Wilde: Nature imitates Art. Sólo un cínico —esto es, un racionalista con ingenio— podía haberlo formulado.

jueves, 16 de febrero de 2012

I, 7. Música que pone y que transpone

Después de 1538, otros perros volverán a posar junto a Venus en la obra de Tiziano. Será en su serie sobre la diosa y la música, una escena que el pintor reproducirá obsesivo cuando camino vaya de partirse en dos su siglo. En Venus con organista, amorcillo y perrillo, h. 1549-1550 (Berlín, Gemäldegalerie), un intérprete de tez morena, ojos claros y rojo cabello ensortijado, no puede sino girar su cabeza, tras abandonar el órgano suyo que tocaba.

martes, 14 de febrero de 2012

VI, 1. Para una Literatura de la historia


Entre la naturaleza y Cervantes,
¿quién ha imitado a quién?,
se podrá preguntar eternamente.
Marcelino Menéndez Pelayo

Binche (Baja Alemania), 1549. Ante el Emperador su padre, el futuro Felipe II participa en unos festejos que, al decir de los cronistas de la época, reprodujeron una pequeña novela de caballerías. Al estudiar aquel acontecimiento, Daniel Devoto recordaba que la lucha medieval del torneo no es sino literatura aplicada.

domingo, 12 de febrero de 2012

III, 8. Aparenta, que nada queda

Faro que atraía a numerosos vates, según constató Lope, Arguijo cuidaba selecta academia que vetó al dramaturgo Juan de la Cueva. Quien volcó su resquemor contra esa reunión, a la que despectivo llamó «argicena cumbre». Aludía a Argío, sobrenombre poético del rico concejal que remitía por similitud fonética a su apellido y por similitud semántica a su fabuloso patrimonio: el griego argύrion significa ‘plata’.

sábado, 11 de febrero de 2012

III, 7. Invito yo

Y el champán seguía corriendo. Octubre de 1599. De gira está la marquesa de Denia, esposa del duque de Lerma, todopoderoso privado (diríamos: primer ministro) de Felipe III. El día 12 visita la dama una espléndida finca en Tablantes, cerca de Sevilla. Nueve años antes, el ya terrateniente Gaspar de Arguijo había comprado ese cortijo en una subasta.

jueves, 9 de febrero de 2012

III, 6. La casa por la ventana

Los apotegmas de la Floresta española ofrecen, como hemos visto, una perspectiva sobre el derroche de los dirigentes españoles de los siglos XV y XVI. Pudiera pensarse que se trata de chascarrillos ficticios. Así que cerremos por ahora la colección de Santa Cruz y abramos un paréntesis indiscutiblemente histórico, dedicado a don Juan de Arguijo (1567-1622), excelente poeta, pésimo político, arruinado comerciante y generoso mecenas sevillano. Examinaremos en su biografía[1] —la de un derrochador diríase que profesional— esa capacidad de dispendio que pudiera caracterizar al ADN hispánico.

miércoles, 8 de febrero de 2012

III, 5. Honra repartidora

Es sintomático que miserable en español signifique tanto ‘perverso, abatido, infeliz’ como ‘mezquino, que escatima en el gasto’. Así que el mismo idioma fuerza a identificar como miserable a quien cuida de la hacienda con rigor: un mezquino perverso. Por eso, en el siguiente apotegma de Melchor de Santa Cruz resulta que el bueno es el que, por mor de la honra, no repara en gastos: el comendador mayor Gutierre de Cárdenas, tesorero y consejero de Isabel la Católica, le espetó «a un su mayordomo muy miserable: “Doleos de mi honra, y no de mi hacienda”»[1]. Siempre la honra: la necesidad social, política, colectiva de aparentar. De quedar bien, cueste lo que cueste.

lunes, 6 de febrero de 2012

III, 4. Un ADN derrochón

Ahora en medio de la Segunda Gran Depresión. El caso es seguir con la queja habitual: «Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades». La irracionalidad de la dirección política que en 1898 empujó al almirante Cervera al desastre, y según la cual —en frase anterior de otro marino decimonónico— «más vale honra sin barcos, que barcos sin honra», dio con la flota española en el fondo del mar caribeño. Esta estulticia demagógica se mantiene hoy en sus trece: «Más vale honra sin aviones, que aviones sin honra». Entiéndase aquí honra como ‘explotación de los bajos instintos del votante’: enseguida veremos la geografía española poblada de aeropuertos tan fastuosos como improductivos (El País, 1-5-2011). Ad maiorem gloriam de esas dos lamentables Españas que el ingenio unamuniano —otro derroche— apellidó de hunos y otros.

sábado, 4 de febrero de 2012

V, 1. Cultura contante y sonante

Dos carabelas apuntan sus proas hacia un mundo apenas intuido en tosco, pero esférico, mapa. Debajo, una mujer y un hombre mantienen serena y mayestática posición: abierta su mano derecha y magnánima, ella; sosteniendo una delgada y ambigua espada-cruz, él. Dominando toda la composición, el rostro contemplativo del Almirante de la Mar Océana. El haz y el envés del documento están adornados con formas que hoy se nos antojarían esotéricas: dos triángulos, un polígono estrellado, dos rosas de los vientos, un astrolabio, un compás…

jueves, 2 de febrero de 2012

I, 6. Venus despierta, duerme el perrillo


¿Quién si no? Nacida de la espuma, Venus vendrá a favorecer el desarrollo del tema pictórico de la mujer acompañada de can. En una de esas acciones inaugurales, escasas o extrañas, que abren una sima en el continente de la historia, el misterioso Giorgione (h. 1477-1510) había comenzado, allá por el 7 de octubre de 1507, y cumpliendo un encargo de bodas de los ordinarios, el retrato de una Venus dormida (Dresde, Staatliche Kunstsammlungen). Hay quien considera esa estampa como el inicio del arte moderno. Lo que entiendo como un reencuentro de lo tardomedieval con lo pagano: la escalera de Penrose aplicada a la historia del arte.

miércoles, 1 de febrero de 2012

III, 3. Audiovisuales del siglo XIII

Todos los defectos, los lastres, las taras de nuestra cultureta viciada, acomplejada, olvidadiza, ignorante, concurren con frecuencia en la Pedagogía, que en demasiadas ocasiones  asume esa suerte de modernidad del conocimiento que implica un naufragio en su nadeidad. Signo quizá de los tiempos.